Wednesday, December 21, 2005

EVO MORALES

- Evo: ¿Cómo usted, un niño de origen absolutamente humilde, hijo de padre campesino que apenas sabía leer y de madre analfabeta, llega a ser un dirigente cocalero, diputado y, sobre todo, a ser un líder mediático?

- Pues... hay que ser, como le digo, consecuente con el pueblo, honesto y transparente. Precisamente estos días estoy empezando a valorar la enorme calidad humana de mi padre: fue un hombre de una solidaridad impresionante y eso es una cosa que marca para siempre. A mí todavía se me hace extrañísima la posibilidad de tener una empleada de la limpieza. A veces me lavan la ropa, allí en el Chapare (principal zona cocalera de Bolivia) pero mis calzoncillos y mis calcetines me los lavo yo sagradamente... Te explicaré una anécdota: en 1971 -yo tenía catorce años- en la región del Ayllu, donde crecí, hubo una sequía total y para toda mi familia tan sólo teníamos un gangocho (saco) de maíz. No nos faltaba la carne de llama y oveja pero era la única cosa de comer que quedaba. Mi padre decidió sacarme de la escuela y me fui con él y con 50 llamas a buscar más maíz a otro lado del país. Viajamos siempre a pie durante una semana desde nuestra tierra, Orinoca, hacia Oruro y de allá, otra semana más, caminando hacia la región del valle. Un día llegamos al camino carretero de Oruro a Cochabamba y cuando lo estábamos cruzando pasó un bus desde el cual los pasajeros tiraban peladuras de naranja por la ventana. Nosotros las recogimos y nos las comimos: ¡nos parecía un manjar exquisito! A nuestra región llegaba una naranja al año y los tres hermanos nos la disputábamos. Desde entonces, mi gran deseo fue poder viajar un día en aquellos autobuses, lanzando peladuras de naranja por la ventana...


Del sitio web Chilenos por la Salida al Mar para Bolivia.